Majos :)

viernes, 29 de octubre de 2010

No mires atrás.

Esa fecha llegará, y lo sabes. Será muy duro, puesto que ya habrá echo un año, de aquello tan maravilloso, pero al final tan trágico. Pero tendrás que superarlo. Porque pienses lo que pienses y hagas lo que hagas, no puedes hacer nada para cambiarlo.
Podrás llorar durante horas, no me parece mal. Desahogate. Pero va a ser lo mismo. Lo único que puedes hacer es alegrarte por lo que viviste. Y pensar que si no pasó nada más es porque tenia que acabar ahí.
Después vendrán cosas mejores, y cosas peores también, por supuesto. Las buenas tendrás que cogerlas con ánimo, como si no hubiese otro día más. Y las malas afrontarlas como se pueda. Pensando que no es todo lo peor que podía pasar.

Das tanto y recibes tan poco.

Le vas a escribir la mejor carta que has escrito en tu vida. Donde expresas todo lo que sientes por él. Incluso te caen lágrimas, porque te estas dando cuenta de lo que realmente significa él en tu vida.
¿Y que va a contestar? ¡NADA! Sí. Nada de nada. Ahora por los pasillos, lo único que te esperas es que te diga un simple "hola", y nada. ¡Es un cobarde! La persona a la que amas es un cobarde, le expresas tus sentimientos y no puede decir ni siquiera un: "Lo siento. Pero yo no siento lo mismo". No contesta nada. Y tú te preguntas durante días y semanas, ¿me odia? ¿le doy asco, pena?
Y, ¿sabes qué es lo peor? Que le sigues queriendo, como el primer día. Pero el dolor es tan fuerte, que desearías odiarlo. Pero no puedes.

Todo, pero a la vez nada.

¿Porqué me siento tan mal? Tengo muchos amigos, tengo gente que me quiere, tengo familia con salud, no tengo ningún tipo de enfermedad, soy una chica de sobresalientes.
Pero aun así, teniendo todo eso, aunque tenga muchos amigos, no tengo a los que de verdad quiero. Porque los perdí, estaba tan centrada en lo que no tenía, que perdí lo que si tenía. Al igual que perdí el amor de mi vida. Esa persona con la que te imaginas en el futuro, y piensas sí, me encantaría casarme con él y que fuese el padre de mis hijos.
Ahora estoy intentando sacarle todo lo bueno que se pueda a esas cosas que si tengo, e intentando olvidar todo aquello que perdí. Hoy voy a empezar de nuevo. Voy a intentar ser una de esas personas a la que todo el mundo envidia. Porque tendré algo que nadie ve, la felicidad.

sábado, 23 de octubre de 2010

Como un niño, descubres algo nuevo.

Antes de ayer me levanté y pensé: "Pff... no tengo ganas de hacer nada, ni siquiera merece la pena levantarse. ¿Para qué? Si el ni siquiera me va a mirar, no va a notar que estoy allí. Y seguiré pasando desapercibida para el resto del mundo, como ayer, también.
Ayer me levanté llorando, porque sabía que nada iba a cambiar. Hacía ya tantísimos meses que no sentía la felicidad. Tenía los sentimientos anestesiados. Sabía que me iba a levantar y miles de personas me iban a poner la zancadilla sólo para salvar su culo, lo malo esque yo me iba a dejar, tenía la autoestima tan baja. Pensaba que le llegaba a cualquier persona la altura de la suela del zapato.
Hoy me he levantado, me he dado cuenta de que no era el mundo el que tenía que cambiar, sino yo. Soy yo la que voy en busca de la felicidad, jamás vendrá ella a por mi. Y voy a saltar todas las zancadillas que me pongan. Lo veré por el pasillo, echaré una sonrisa tan grande, que no cabrá en el mapa, porque si no empiezo yo a hacerlo bien, ¿quién empezará? Haré que se note tantísimo mi presencia que me hagan un trofeo especial y todo. Porque, si no soy yo la persona más especial para mi misma, ¿qué seré para los demás? Ahora, se me están abriendo mil puertas que ni sabía que existian. Tengo tantas cosas que aportar a los demás e incluso a mi misma. Hoy empiezo mi nueva vida y será así siempre.
Y entonces, me he dado cuenta, de que la felicidad ya estaba ahí, estaba esperandome en la puerta. Y yo estaba buscando la llave para abrirla, sin darme cuenta de que la tenía en mis narices.

¿De verdad merece la pena?


Ella era una chica simpática, amable, con la que te podías reir durante horas y horas. Se le podían ocurrir mil tonterías cada segundo. Era una chica a la que yo admiraba mucho. Era la felicidad en persona.
Un día conocio a alguien, alguien muy especial. Con quien empezó a tomarse las cosas enserio. Empezó a entender que era amar, incluso más que eso. Sobrepasar límites. Comprendio que no todo era felicidad, se puede decir, que aterrizó en la realidad.
Luego, todo acabó, y ya no pudo volver a sonreir, todo se estropeo por una simple persona. Una estúpida persona que no supo valorar lo que tenía en sus narices. Alguien despreciable y horrible que le arrancó de cuajo la vida, a alguien que se hacía valer por dos.
Y ahora, ¿quién me va a contagiar la felicidad?